Lo primero que tengo que decir es que: no es trigo, no es un cereal lo que
implica que no tiene gluten entre otras cosas. Mucha gente lo conoce como
alforfón, o trigo moruno.
El trigo sarraceno viene de Asia,
desembarcó en Europa en el siglo XIII, pero no fue hasta inicio del siglo XVI
cuando la Duquesa Ana de Bretaña lo popularizó haciendo que se cultivara este
cereal ante la escasez de trigo normal para hacer pan, las “Galettes” bretonas,
que es una masa salada de crêpe, se hacen con este harina de este “Trigo” allí
lo llaman “Farine de blé noir”
En cuanto a propiedades nutricionales,
la más importante es que el trigo sarraceno no tiene gluten, y lo puedes usar
para hacer pan, tortitas, crêpes, bollitos… eso si no quedará tan esponjoso
como si hubieras utilizado trigo normal, u otro cereal, debido a que al trigo sarraceno le cuesta trabajo levar.
El trigo sarraceno nos aporta otros nutrientes diferentes a los de
cualquier cereal, si tiene proteínas, pero no tiene nada que ver con las que
nos puede aportar un cereal, el trigo sarraceno tiene un alto contenido en lisina.
Sus valores nutricionales por cada 100 gr son:
Proteínas: 10-13g
Lípidos o grasas: 1.7g
Hidratos de carbono (carbohidratos): 70g (10 gr son
fibra)
El trigo sarraceno aporta mucha energía, por eso mejor
tomarlo por la mañana.
¿Cómo podemos consumir el trigo
sarraceno?
Podéis hacer una rica granola (receta en el blog),
utilizar su harina para masas, o simplemente hervirlo y tomarlo en ensalada o
como acompañamiento.
Puedes tostarlo y también tendrás una granola fácil
para poner en el yogur, o en una ensalada.
También puedes ponerlo en una sartén y hacer palomitas, es muy simple, pones una sartén a fuego lento, y cuando este caliente le echas un puñadito de trigo sarraceno, tapas la sarten y a esperar que exploten las palomitas, a mi estas palomitas me gusta ponerlas en la ensalada.
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